MIGUEL ÁLVAREZ DEL TORO

(1917 – 1996)

Científico catalogado por la comunidad internacional como el último naturalista del siglo XX, y reconocido por su destacada labor en el campo de la zoología y la conservación de la naturaleza. Miguel Carlos Francisco Álvarez del Toro, colimense, nacido el 23 de agosto de 1917, llega a Chiapas en 1942, estado de la República Mexicana al que dedicó su vida y obra hasta el 2 de agosto de 1996, año en el que fallece, víctima de un síncope cardiaco.

En 1938 Álvarez del Toro colaboró como colector científico de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia. Un año después -y hasta 1942- trabajó como técnico taxidermista del Museo de la flora y fauna del Departamento Autónomo Forestal y de Caza y Pesca en la ciudad de México. Museo del que también fue subdirector.

En 1942, respondiendo a una convocatoria emitida por el Dr. Rafael Pascacio Gamboa, entonces gobernador de Chiapas, Álvarez del Toro viajó a Tuxtla Gutiérrez donde ocupó el cargo de taxidermista y zoólogo general en el recién creado Departamento de Viveros tropicales y Museo de Historia Natural, donde colaboró con el profesor Eliseo Palacios Aguilera, director del mismo.

Dos años después de su llegada a Chiapas, y a raíz del prematuro fallecimiento del profesor Palacios Aguilera, en 1944, Álvarez del Toro ocupó ese cargo, y lo hizo de manera continua por más de 50 años. Bajo su conducción el Departamento se convirtió en el Instituto de Historia Natural (hoy integrado a la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural).

En ese mismo año (1944), Álvarez del Toro diseña y construye el primer zoológico regional del Estado; posteriormente, en 1949, el zoológico se traslada a terrenos más adecuados en el Parque Madero al oriente de la ciudad, instalando también un Museo de Historia Natural.

Entre 1979 y 1980 diseña y coordina la construcción del actual zoológico, ubicado en la reserva El Zapotal. En reconocimiento a su labor, el Gobierno del Estado de Chiapas acordó en 1980 que el Zoológico se llamara ‘Zoológico Regional Miguel Alvarez del Toro’ (ahora conocido, por sus siglas, como ZOOMAT). La revista Animal Kingdom señaló al ZOOMAT como uno de los mejores zoológicos de Latinoamérica, entre otras cosas, por el diseño de sus encierros, los cuales, hasta la fecha, procuran ser similares a un hábitat natural. Otra característica importante que le valió esa nominación es el tipo de fauna que exhibe, pues Álvarez del Toro, hombre visionario, consideró de mayor trascendencia exhibir sólo fauna regional, ayudando así a difundir el conocimiento y aprecio por la biodiversidad de Chiapas.

Bajo su conducción, el zoológico tuvo logros tan importantes como la primera reproducción en cautiverio a nivel mundial- del cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletti) en 1969. A nivel nacional, por primera vez, del caimán (Caiman crocodilus) en 1966, y cocodrilo de río (Crocodylus acutus) en 1993;

del tapir centroamericano (Tapirus bairdii), grisón (Galictis vittata), viejo de monte (Eira barbara), así como el récord de longevidad del águila arpía (Harpia harpyja) (47 años).

Su destacada labor en el campo de la zoología y la conservación de la naturaleza hizo Miguel Alvarez del Toro merecedor a de 30 premios y condecoraciones, entre los que destacan:

Premio Chiapas, 1952, por su contribución al conocimiento de los animales silvestres.

Diploma de Reconocimiento, 1977, por The American Association of Zoological Parks and Aquariums, por su trabajo en pro de la conservación de los cocodrilos.

Medalla al Mérito en Ecología Alfonso L. Herrera 1985, por el Instituto Mexicano de Recursos Renovables y la Federación Ecologista Mexicana.

Reconocimiento al Mérito Ecológico y la Conservación, 1989, por la Sociedad Zoológica de Chicago.

Premio Paul Getty para la conservación de la naturaleza, 1989, otorgado por el World Wildlife Fund.

1992, seleccionado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), para formar parte de The Roll of Honour for Enviromental Achievement, 1992.

Doctor Honoris Causa por el Colegio de Postgraduados de la Universidad Autónoma de Chapingo en 1992 y por la Universidad Autónoma de Chiapas en 1993.

Quince especies y subespecies dedicadas a su nombre por distintos científicos.

Fue autor de siete libros y coautor de dos más. Su obra es de lectura obligada para todo investigador que pretenda estudiar la biodiversidad chiapaneca, Ningún otro naturalista mexicano ha sido tan productivo en publicaciones en su vida. Sus obras principales son trabajos clásicos en las bibliotecas especializadas:

Los animales silvestres de Chiapas. Ed. 1952

Los reptiles de Chiapas. 1ª Ed. 1960, 2ª Ed. 1982

Las aves de Chiapas. Ed. 1971

Los crocodylia de México. Ed. 1974

Los mamíferos de Chiapas. 1ª Ed. 1977, 2ª Ed. 1991

¡Así era Chiapas! 1ª Ed. 1985, 2ª Ed. 1990

Las arañas de Chiapas. Ed. 1992

Chiapas y su biodiversidad. Ed. 1993

Comitán, la puerta del sur. Ed. 1994

Fue autor también de 74 artículos científicos y de divulgación, publicados en revistas como The Auk, The Condor, Herpetológica, ICACH, México Forestal, International Zoo Yearbook, Journal of Herpetology, Orix y Animal Kingdom.

Miguel Álvarez del Toro fue miembro de numerosas sociedades científicas nacionales e internacionales, así como de grupos especialistas de primates,

cocodrilos y rapaces de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN).

En el campo de la conservación, gracias al Doctor Álvarez del Toro, Chiapas cuenta con un sistema de áreas naturales protegidas, entre las que se encuentran las reservas de la biosfera El Ocote, El Triunfo, La Encrucijada y La Sepultura, a las que defendió hasta su último día.

El trabajo desarrollado por al Dr. Miguel Alvarez del Toro tuvo un enorme impacto en distintas ramas del conocimiento, primordialmente de la zoología, sembrando a la vez la semilla para la conservación de la biodiversidad de Chiapas:

PALEONTOLOGÍA

Dando continuidad al trabajo iniciado por el profesor Eliseo Palacios Aguilera, Don Miguel participó en el rescate y resguardo de piezas fósiles de Chiapas e inició la Colección Paleontológica. En la actualidad esta Colección cuenta con reconocimiento nacional, siendo la base para la generación del conocimiento paleobiológico y geológico del estado.

ENTOMOLOGÍA

Además de iniciar la Colección Entomológica del Instituto de Historia Natural y Ecología, a mediados de los 70’s Don Miguel diseñó e instaló el primer vivario del zoológico para que la población observara de cerca a esta fauna diminuta. Como un reconocimiento a su contribución en este campo, distintos especialistas dedicaron a su nombre varias especies y subespecies de Artrópodos.

HERPETOLOGÍA

Para los herpetólogos es casi imposible recordar a Miguel Álvarez del Toro sin evocar su obra Los Reptiles de Chiapas, un libro que sigue teniendo vigencia hasta nuestros días debido a que incluye una gran cantidad de observaciones de campo. Es probablemente el libro sobre reptiles más consultado y citado a nivel nacional e internacional, escrito por un mexicano orgullosamente chiapaneco.

Entre otras muchas aportaciones, sus estudios y acciones de repoblamiento del cocodrilo de pantano (Crocodylus moreleti) posiblemente evitaron la extinción de esta especie.

Además, describió seis especies y subespecies de reptiles:

Abronia lythrochila

Anolis parvicirculatus

Anolis pygmaeus

Anolis rodriguezi microlepis

Anolis tyopidonotus spilochipsis

Lepidophyma lipetzi

ORNITOLOGÍA

En el ámbito ornitológico, Don Miguel dio a conocer la distribución de las aves dentro de la geografía chiapaneca y contribuyó con nuevos registros de especies. En términos generales, gran parte de sus trabajos escritos incursionaron en revistas ampliamente reconocidas a nivel mundial, como The Auk, The Condor, y The Living Bird.

Las sociedades científicas ornitológicas de más prestigio reconocieron su trayectoria, tal es el caso de la American Ornithologists’ Union, la Cooper Ornithological Society y el Grupo de Especialistas en Aves Rapaces.

En 1942, Don Miguel inició lo que actualmente conforma la colección ornitológica más grande del Sureste de México, con una representatividad de más del ochenta por ciento de las especies registradas en Chiapas.

MASTOZOLOGÍA

Las investigaciones de Álvarez del Toro iniciadas en 1942 permitieron el conocimiento de la fauna silvestre del estado.

Su contribución científica empezó con la búsqueda de animales silvestres para exposición en el entonces incipiente Museo de Historia Natural; después, con ejemplares vivos para el parque zoológico. Indudablemente, sin su trabajo, no hubiera sido posible contar con este importante centro recreativo y de investigación.

Sus observaciones con los mamíferos han tenido trascendencia estatal, nacional e internacional; a la fecha son la base para los estudios mastozoológicos de la región. Sus artículos fueron publicados en revistas de renombre como el International Zoo Yearbook y su libro Los mamíferos de Chiapas, es indudablemente conocido por todos los chiapanecos.

CONSERVACIÓN

Don Miguel siempre estuvo preocupado por la conservación de la biodiversidad chiapaneca; dejó plasmado un cúmulo de conocimientos y es la motivación de un modelo a seguir, tanto para muchos investigadores como para interesados en la naturaleza.

Sin duda, su contribución más importante radica en que fue un promotor incansable de la protección de los recursos naturales y a él se debe la actual existencia de importantes áreas protegidas del estado de Chiapas como son la Selva del Ocote, El Triunfo, La Encrucijada, La Sepultura y Laguna Bélgica, áreas que cobijan una muestra representativa de la fauna y flora de Chiapas.

En su legado deja a todos un ejemplo claro de lo que significa el amor por la naturaleza y de fidelidad a los principios éticos.

Miguel Álvarez del Toro, don Miguel, como fue afectuosamente conocido, fue un hombre singular. Sus cenizas, de acuerdo a su última voluntad, fueron esparcidas en la reserva de la biosfera El Ocote.